Las cifras que presentamos a continuación son producto del monitoreo y sistematización de noticias y denuncias sobre derrames petroleros en Venezuela. Debemos señalar que la información fue recabada analizando portales, redes y organizaciones expertas en el tema como Clima 21, el Observatorio de Ecología Política de Venezuela, el Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales y entrevistas de personalidades como las realizadas al biólogo Eduardo Klein.
Un derrame petrolero no solo causa daños al ambiente, sino que impacta a las comunidades y a la economía. A pesar de que en Venezuela existe un Plan de Contingencia contra Derrames Petroleros, posee normas para mitigar y controlar este tipo de accidentes, además de haber firmado convenios internacionales relacionados con este tema, el incremento de los derrames en el país y la forma en que son atendidos demuestran no solo negligencia por parte de las autoridades competentes, sino también poco profesionalismo al enfrentar este tipo de contingencias. La misma PDVSA reportó entre 2016 y 2020 más de un millón de barriles de petróleo derramados; a partir de esa fecha no hay informes oficiales al respecto.
Una mancha negra invade el ecosistema venezolano
En este año 2025 es importante considerar los reportes de derrames en Venezuela asociados a la infraestructura de PDVSA y que muchos han sido difundidos por comunidades afectadas cercanas a las instalaciones y medios de comunicación digitales debido a la falta de información oficial.
Enero empezó con un derrame de petróleo que perjudicó parte del Lago de Maracaibo en el estado Zulia. La contaminación del lago se ha manifestado con la presencia de metales que perjudican la salud humana y de otros animales. “Hace un tiempo se reportó que había un alto nivel de banadio en los peces, que al parecer podría generar malformaciones en humanos”, dijo el científico Héctor Severeyn al referirse a ese hecho. “El banadio y el plomo son los metales que más se encuentran en el petróleo”, complementó.
El ecosistema del Lago de Maracaibo es único y ha sido puesto en riesgo por esta continua contaminación. Se trata de un estuario, que tiene una mezcla de agua dulce y salina. El Lago de Maracaibo es el más grande de Sudamérica con 13 000 kilómetros cuadrados de área y cuenta con unos 200 kilómetros de manglar en la costa. En él hay unas 145 especies de peces, de las cuales al menos 30 son endémicas, según lo dijo la bióloga Yurasi Briceño al medio venezolano Efecto Cocuyo.
A finales del mes de enero se reportó un derrame de combustible, desde un tanque de PDVSA ubicado en la refinería de Amuay, debido a negligencia operativa que permitió su rebasamiento.
Ya avanzado el mes de febrero se informó de un derrame en el estado Anzoátegui que impactó la flora, la fauna y los ríos locales.
En el primer trimestre de este 2025 se reseñaron dos derrames de petróleo que volvieron a afectar el Golfete de Coro, en el estado Falcón, con graves implicaciones ambientales y económicas para el occidente del país.
En el caso de Falcón se han dado tantos derrames de crudo, como fugas de gas constantes, que han creado angustia y descontento en las comunidades locales y en la comunidad de pescadores del Golfete de Coro, quienes han reclamado a diferentes instancias gubernamentales que solucionen este grave problema, sin obtener respuestas. El gremio de pescadores tuvo importantes pérdidas económicas por esta situación. Incluso la sociedad de pescadores se ha tenido que trasladar a islas que limitan con Venezuela para poder reiniciar sus actividades, dado que los derrames de hidrocarburos han exterminado o espantado las especies piscícolas.
Si retrocedemos en el tiempo recordaremos que en agosto de 2024 se produjo un derrame en la refinería El Palito que cubrió aproximadamente 200 KM2 impactando las playas de Carabobo como Palma Sola y de Falcón como Boca de Aroa. Luego en marzo de 2025 el biólogo Eduardo Klein comunicó otro derrame, que esta vez se produjo en la refinería El Palito, estado Carabobo, y en Planta Centro y alcanzó en su momento las costas del estado Falcón. Según el profesor e investigador Eduardo Klein, esta mancha de petróleo abarcó unos 225 km² afectando costas, playas y sitios de esparcimiento turístico.
Es importante destacar que el Parque Nacional Morrocoy, famoso por sus cayos y playas ha sufrido daños en su ecosistema producto de la contaminación por derrames petroleros que provienen de la refinería El Palito, ubicada en el estado Carabobo. El petróleo es arrastrado hacia sus costas por los vientos y mareas, afectando manglares y corales donde se alimentan tortugas, peces y aves, además de impactar negativamente el turismo de la zona.
El experto en ciencias marinas, Eduardo Klein, ha expresado que “a pesar de los derrames la fauna y la flora se resisten a morir. Pero, se afecta el alimento de los peces que son el fitoplancton y el zooplancton. También los microorganismos que le sirven de alimento a los camarones, a los cangrejos y a los peces, que son la base de la cadena trófica (alimenticia)”.
En cuanto al estado Monagas, en este primer trimestre de 2025, hubo derrames provenientes de una tubería que sale desde Campo Morichal, al sur de Monagas. Hasta ahora se contabilizan tres derrames petroleros, dispersados por la carretera sureña y otro más en la parroquia La Pica de Maturín, perturbando a las comunidades y la planicie.
Al igual que en los otros períodos, la estatal petrolera (PDVSA) no suministró información adecuada y suficiente sobre los daños ni sus causas, características del hidrocarburo y barriles derramados, ni ningún otro detalle sobre las acciones correctivas a tomar por la empresa.
En conclusión, el gobierno venezolano sigue incumpliendo con su obligación de adoptar las políticas y acciones adecuadas para garantizar una mejora continua y sostenida del disfrute de los derechos humanos ambientales de los ciudadanos, en relación con el impacto de los derrames petroleros que se producen en el país.
Otro factor que los expertos señalaron como central es la falta de información y monitoreo de los derrames. A los científicos y a la sociedad civil les ha tocado generar sus propios conteos históricos, los cuales esperan que sirvan para reparar en algún momento la situación generada por la industria petrolera. Hay organizaciones particulares que llevan el registro de los derrames. Ni el gobierno ni PDVSA llevan registros, ni verifican qué afectación hubo. Adicionalmente, los académicos comentaron que la complicidad de las autoridades con la petrolera estatal PDVSA es el pan de cada día. Ninguna institución dicta procedimientos administrativos contra PDVSA ni las sanciones correspondientes por las fugas que se traducen en derrames recurrentes y de amplio espectro espacial, afectando comunidades, la fauna acuática, la pesca, las aves y los márgenes costeros de mangle.
Finalmente, de acuerdo a la ONG Clima 21- ocurrieron en el año 2024 cerca de 35 derrames en cinco estados diferentes y en lo que va del 2025 se han contabilizado unos 13 derrames de petróleo, fugas de gas y explosiones de partes de oleoductos y poliductos.
Políticas y acciones de gestión de riesgos de empresas extranjeras como Shell, Repsol, Conoco Phillips y Total para prevenir y mitigar derrames petroleros:
Las principales compañías petroleras como Shell, Repsol, Conoco Phillips y Total (ahora TotalEnergies) tienen políticas y acciones de gestión de riesgos para prevenir y mitigar derrames petroleros, que generalmente incluyen los siguientes aspectos:
Diseño y mantenimiento de instalaciones con estándares de nuevas tecnologías: son empresas que invierten en el diseño seguro de sus instalaciones, oleoductos y equipos, y realizan mantenimiento regular para prevenir las fallas.
Procedimientos Operativos: establecen y actualizan los procedimientos operativos detallados para minimizar los riesgos durante la extracción, transporte y almacenamiento de petróleo y gas.
Inspecciones y verificaciones: por otra parte, llevan a cabo inspecciones y verificaciones periódicas de sus activos para identificar y corregir posibles problemas antes de que causen derrames.
Tecnologías de detección temprana: son empresas energéticas que implementan sistemas de monitoreo y detección temprana de fugas y derrames con el uso de la digitalización, drones, sensores y la inteligencia artificial (IA) .
Planes de prevención, control y contramedidas de derrames (SPCC): esto se refiere a la elaboración y actualización de planes específicos para cada instalación que identifican riesgos, medidas de prevención, y procedimientos de respuesta en caso de derrame. Incluye refinerías, plantas, tuberías, muelles y silos de almacenamiento.
Equipos y recursos de respuesta: asimismo, mantienen equipos y recursos (propios o a través de organizaciones especializadas que contratan) para contener, limpiar y remediar los impactos de los derrames que lleguen a producirse.
Capacitación y simulacros: son empresas que invierten en el entrenamiento de su personal en la prevención y respuesta a derrames, y realizan simulacros periódicos para asegurar la efectividad de sus planes.
Gestión de integridad de activos: de la misma forma estas corporaciones hacen programas para asegurar la integridad a largo plazo de sus infraestructuras.
Análisis de riesgos: a diario efectúan evaluaciones de riesgos para identificar áreas de mayor vulnerabilidad y aplicar medidas preventivas específicas.
Lecciones aprendidas: Posterior a cualquier evento analizan las causas de los incidentes y derrames para implementar acciones correctivas y preventivas y así evitar las recurrencias.
Colaboración con organizaciones de respuesta: A través de convenios y acuerdos participan en organizaciones de respuesta a derrames a nivel local, regional e internacional para acceder a recursos y conocimientos especializados.
Es bueno saber que algunas corporaciones energéticas como Shell publica informes anuales donde detalla sus esfuerzos en la prevención y respuesta a derrames. De la misma forma, Repsol en su sección de sostenibilidad, describe sus mecanismos de prevención, detección y gestión de derrames y la empresa europea TotalEnergies incluye información sobre su gestión de riesgos ambientales y prevención de accidentes en sus informes de sostenibilidad anuales.
Fuentes consultadas: ONG Clima 21, OPEC, Agencia Internacional de la Energía, EIA, National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), Oil Spill Response, Ltd (OSRL) y el ITOPF (ITOPF).