La quema de gas natural en antorchas (o “mechurrios”), conocida en inglés como flaring, es una de las principales fuentes de emisiones de dióxido de carbono (CO₂) a nivel mundial. Aunque en ocasiones es necesaria por razones de seguridad o por la falta de infraestructura para capturar y procesar el gas, su uso excesivo representa una grave amenaza ambiental, un desperdicio de recursos energéticos e industriales y un riesgo para la salud pública.
Según el informe más reciente del Banco Mundial (Global Gas Flaring Tracker 2024) y la BP Statistical Review of World Energy 2024, en 2023 se produjeron 4.059 billones de metros cúbicos (Nm3) de gas natural a nivel mundial, de las cuales se consumieron 4.010 billones de Nm3 y se quemaron aproximadamente 192.989 millones de Nm3, liberando alrededor de 192.716 millones de Nm3 de CO₂ equivalente.
Los 10 países que más contribuyeron ese año a las emisiones de CO2 por quema de gas natural son:
Posición | País | Flaring de Gas Natural (millones de Nm3) | Emisiones de CO2 (millones de Nm3) | Emisiones de CO2 (%) |
1 | Rusia | 30.126 | 30.046 | 18.7 |
2 | Irán | 21.897 | 21.801 | 13.6 |
3 | Irak | 17.992 | 18.007 | 11.2 |
4 | Estados Unidos | 10.600 | 10.622 | 6.6 |
5 | Venezuela | 9.763 | 9.661 | 6.0 |
6 | Argelia | 8.368 | 8.447 | 5.3 |
7 | México | 7.252 | 7.284 | 4.6 |
8 | Libia | 6.834 | 6.879 | 4.3 |
9 | Nigeria | 5.858 | 5.817 | 3.6 |
10 | Arabia Saudita | 3.487 | 3.440 | 2.1 |
Total | 122.176 | 122.003 | 63.3 |
Estos países concentraron aproximadamente el 63.3% de toda la quema mundial de gas natural en 2023.
El caso de Venezuela: una crisis ambiental, económica, productiva y social
Venezuela se ubica entre los cinco países que más CO₂ emiten a causa de la quema de gas natural. En 2023, el país produjo 29.700 millones de Nm3 de gas natural, de los cuales aproximadamente 9.763 millones de Nm3 (32.9%) fueron quemados, generando un total de 9.661 millones de Nm3 de emisiones de CO₂. Este nivel de emisiones se ha mantenido prácticamente constante desde 2013. Otro dato importante es que, en Venezuela, las emisiones de CO₂ provenientes del consumo de energía, procesos industriales, metano y la quema de gas natural alcanzaron un nivel de 113.809 millones de Nm3, representando la quema de gas natural el 8.5% del total de emisiones de CO₂.
El precio promedio actual del gas natural en el mercado regional es de $4,20 por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu), lo que equivale a $214,45 por tonelada métrica o $0.154 dólares por Nm3 de gas. Considerando que diariamente se queman 26.75 millones de Nm3 de gas natural en Venezuela, esto representa pérdidas económicas estimadas en 4,12 millones de dólares por día o 1.500 millones de dólares anuales.
Aprovechar el gas natural que hoy se desperdicia mediante la quema permitiría no solo reducir significativamente las emisiones de CO₂, sino también garantizar el suministro de un insumo clave que demanda la industria energética y petroquímica venezolana para recuperar su capacidad productiva, impulsar la generación de valor agregado y asegurar su sostenibilidad. La quema indiscriminada de gas natural representa no solo una pérdida energética, sino una oportunidad desaprovechada para alimentar nuestras refinerías y complejos petroquímicos, que hoy más que nunca necesitan este recurso estratégico para mantener sus operaciones, sustituir importaciones y reducir su huella de carbono.
Además del impacto económico, la quema indiscriminada de gas natural en Venezuela tiene consecuencias ambientales severas, al liberar masivamente CO₂, metano y otros contaminantes que contribuyen al cambio climático y degradan la calidad del aire. También genera consecuencias sociales, ya que las comunidades cercanas a los campos petroleros y gasíferos —especialmente en los estados Zulia, Anzoátegui y Monagas— reportan aumentos significativos en enfermedades respiratorias, cánceres y otras afecciones graves asociadas a la exposición continua a contaminantes tóxicos. A esto se suman los riesgos industriales, pues la falta de mantenimiento y el deterioro de la infraestructura han provocado incendios y explosiones en las operaciones de gas natural, aumentando los peligros para los trabajadores y las poblaciones cercanas.
Posibles soluciones y vías de acción
Reducir la quema de gas natural en Venezuela no solo es una necesidad ambiental y económica, sino también una oportunidad estratégica para reactivar el sector energético y petroquímico. Existen diversas soluciones que, con voluntad política, inversión y cooperación técnica, podrían implementarse:
- La captura y reinyección de gas, mediante la instalación y modernización de los sistemas de compresión y reinyección, permitirían utilizar el gas excedente para mantener la presión de los yacimientos, mejorar la recuperación de crudo y reducir las emisiones.
- La construcción y reparación de infraestructura de procesamiento, mediante la inversión de capital en plantas de separación, fraccionamiento y procesamiento de gas, permitirían convertir el gas en productos de mayor valor agregado, como gas seco, líquidos del gas natural (LGN) y gas licuado de petróleo (GLP).
- Generación de electricidad a partir de gas asociado. El gas que hoy se quema podría utilizarse para alimentar plantas termoeléctricas locales, contribuyendo a mitigar la crisis eléctrica nacional y a diversificar la matriz energética.
- Implementación de sistemas de micro y mini-liquefacción de pequeña escala. Estos sistemas permitirían licuar el gas en sitios remotos y transportarlo a los centros de consumo, evitando su desperdicio.
- Establecimiento de proyectos de monetización regional mediante alianzas público-privadas y esquemas de financiamiento internacional. El gas capturado podría destinarse al abastecimiento de industrias de generación de electricidad, petroquímicas, refinerías y exportaciones regionales, integrando la cadena de valor.
- Regulación y supervisión independiente. Establecer metas claras y exigibles para la reducción del flaring, acompañadas de auditorías independientes, es clave para asegurar avances sostenibles y alineados con los compromisos internacionales de reducción de emisiones.
Adoptar estas soluciones no solo permitiría disminuir las pérdidas económicas y ambientales, sino también revitalizar la industria petroquímica venezolana, mejorar la seguridad energética y fortalecer la posición de Venezuela en los mercados regionales e internacionales.
La postura del régimen de Maduro ante esta crisis ambiental, económica y social
El régimen de Nicolás Maduro ha mostrado negligencia sistemática al ignorar la magnitud de esta problemática, atribuyendo las dificultades a las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense y a supuestos actos de sabotaje por parte de la oposición. Aunque algunos voceros oficiales del régimen han anunciado varios proyectos para presuntamente aprovechar el gas natural, en la práctica las inversiones en captura, procesamiento y distribución han sido insuficientes, y los resultados, escasos. La quema de gas natural en Venezuela continúa de una manera indiscriminada sin una estrategia nacional clara para su reducción y control, mientras la mala gestión de PDVSA agrava la incapacidad de revertir esta situación.